Trump y Netanyahu los Grandes Perdedores
- Guillermo González Luna

- 25 jun
- 3 Min. de lectura

"Nada hay más peligroso que un imperio que cree en su propia propaganda" — y vaya que Estados Unidos e Israel han sido los máximos exponentes de esta máxima. El 13 de junio de 2024, mientras Irán participaba en negociaciones diplomáticas (irónicamente, bajo la sombra de un Trump desesperado por un "éxito" antes de las elecciones), Israel decidió que era el momento perfecto para un ataque preventivo contra instalaciones nucleares iraníes. ¿El resultado? Un fracaso tan espectacular que podría ser el epitafio de la hegemonía estadounidense en el siglo XXI.
1. El Ataque Israelí: Cuando la Arrogancia Supera a la Estrategia
Israel, ese "Frankestein" geopolítico creado y alimentado por Occidente, cometió el error clásico de los regímenes militaristas: creer que su superioridad tecnológica (y el respaldo incondicional de Washington) lo hacía invencible. El ataque del 13 de junio no solo no destruyó el programa nuclear iraní, sino que demostró varias cosas al mundo:
- El "Domo de Hierro" es un chiste costoso : Los misiles iraníes que llovieron sobre Israel días después mostraron que, por primera vez, un actor regional había penetrado masivamente las defensas israelíes.
- Israel no es invencible : La narrativa sionista de la "fortaleza inexpugnable" se desmoronó en una noche.
- EE.UU. ya no controla el tablero : La respuesta tibia de Biden (nada nuevo) dejó claro que Washington ya no tiene el poder de intimidación de antes.
2. Trump, el "Genio" que Aceleró el Declive Estadounidense
Donald Trump, ese "estadista" que confundió Twitter con la diplomacia, pasará a la historia no como el hombre que hizo grande a EE.UU. otra vez, sino como el que aceleró su caída. Su política hacia Irán fue un desastre en cadena:
- Rompió el acuerdo nuclear (JCPOA) en 2018 , creyendo que "más presión" haría claudicar a Teherán. Error. Irán se fortaleció, aceleró su programa atómico y ahora está más cerca que nunca de la bomba.
- Legitimó el terrorismo de Estado israelí , dándoles luz verde para asesinar científicos iraníes y sabotear instalaciones. ¿Resultado? Irán desarrolló drones y misiles más baratos y efectivos que todo el arsenal occidental.
- Creó una coalición anti-EE.UU. sin querer: Al alienar a Rusia y China, empujó a Irán directamente a sus brazos. Ahora, Teherán tiene aliados nucleares y tecnología de punta, gracias al "genio" de Trump.
3. El Capítulo Final: La Venganza de Irán y el Hundimiento del Orden Liberal
Cuando Irán respondió al ataque israelí con una lluvia de misiles, no solo humilló a Netanyahu, sino que envió un mensaje al mundo: "Occidente ya no manda aquí" . Y lo mejor (o peor, dependiendo del bando) es que EE.UU. no pudo hacer nada.
- Rusia y China rieron en silencio , viendo cómo su peor enemigo (EE.UU.) se desgasta en conflictos que no puede ganar.
- La OPEP+ sonrió , porque cada crisis en Medio Oriente dispara el precio del petróleo... y debilita a Occidente.
- Hamas, Hezbolá y los Hutíes celebraron , porque ahora saben que Israel tiene puntos débiles.
4. Trump, el Perdedor Definitivo
Mientras el mundo observaba el espectáculo, Trump —el hombre que prometió "paz en Medio Oriente"— vio cómo su legado se convertía en humo. Para colmo, su campaña electoral se derrumba:
- Los votantes están hartos de guerras interminables .
- Los demócratas (y hasta los republicanos) lo señalan como el causante del caos .
- Hasta los halcones de Washington murmuran que su política exterior fue un desastre .
Bienvenidos al Mundo Multipolar
El ataque israelí del 13 de junio y la respuesta iraní marcan el fin simbólico de la era de dominación absoluta de EE.UU. y sus títeres. Trump, Netanyahu y el sionismo radical creyeron que podían pisotear a Irán impunemente, pero solo lograron demostrar su propia decadencia.
Ahora, el mundo ve cómo:
- EE.UU. ya no es el gendarme global .
- Israel no es el "ejército invencible" .
- El sionismo pierde su aura de impunidad .
Y mientras Trump se prepara para una derrota electoral humillante, el mundo se pregunta: ¿Cuánto tardará el próximo imperio en caer en la misma trampa de creer en su propia propaganda?
Fin del juego. Gracias por jugar, señor Trump.



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